Paso un año de tu partida, un año sin mamá, un año sin su presencia física, un año acomodándonos a una nueva realidad muy diferente.
Y mirando hacia atrás a los casi 12 años que estuviste en la vida de mamá, siento una profunda compasión por ella, por todo lo que mamá vivió aceptando la enfermedad, como iba poco a poco caminando los peldaños hacia el recogimiento volviendo al nido, su cuerpo fue lentamente apagándose como una vela.
Fue muy muy fuerte, y tan fuerte como el amor con que lo vivimos.
Cuando aparecen estas tremendas enfermedades donde sabemos que no hay recuperación posible, no tengo dudas que la mejor y casi única medicina es el amor, el amor en todas sus formas, en cada instante, cada cuidado, y esta medicina fue posible Gracias a las grandes y valerosas mujeres que llegaron a formar el círculo íntimo que cuidaba a mamá, Zulma Brabo, Teresita Brabo, Mercedes Carabajal, y Roxana, juntas cuidaron a mamá de la mejor forma, y jamás olvidaré la profundidad y sencillez de sus corazones, orgullosa de haberlas encontrado en la vida y de haber compartido tantos momentos todos estos años.
Sin ellas, todo hubiera sido muy distinto.
Hoy extraño tanto los miles de momentos que hemos compartido conversando, tomando mate, rezando, y cuidando a mamá, pasar por lo de mamá era estar con ellas y compartir un rato hermoso! Las extraño mucho mucho y las quiero y llevo en mi corazón siempre, junto a mamá.
Hoy siento un GRACIAS gigante a todo el círculo que se formó alrededor de mamá, a ellas, a mis hermanas Ale y Blanca, a mi hermano Julian, a mis sobrinos, a mis primas, tías Irene y Mari, y a nuestros compañeros que se acoplaron a La Luz de este círculo bendito.
No lo puedo explicar, fueron años muy fuertes y a su vez tuvieron su belleza gracias al amor, el amor que todo lo puede y todo lo sana.
Quiero agradecer también a amigas muy especiales con quienes compartí momentos inolvidables al lado de mamá, que me acompañaron mimando a mama, rezando juntas, tocando cuencos juntas, tejiendo rezando enlazando amor, GRACIAS Diana Calderón Rodas, María Sol, y Loreley Fontana, inolvidables y benditos momentos compartidos juntas con mamá.
Quiero agradecer a mi Negrito, Juan Martin, por acompañarme en todo este camino, por ponerle sonrisas y compasión a los momentos difíciles que atravesamos, por haber mirado a mamá con tanto cariño, por haberme contenido a mí cuando lo necesitaba.
Y a mi hermana Ale Alejandra Carneiro pues estuvimos cerca siempre cuidando a mamá, corriendo cuando tuvimos que hacerlo en las internaciones que tuvo mamá, y sabernos juntas lo hacía más fácil, gracias.
Papá, cumplimos tu pedido: cuidamos a mamá lo mejor que pudimos siempre, y hoy estan juntos en alguna estrella del cielo ♥️♥️
Hoy me siento en paz, muy agradecida por cómo pudimos vivir esta enfermedad, y recordando - volviendo a pasar por mi corazón - todo lo vivido, sabiendo que crecí mucho, y rezo por todos los seres que están atravesando esta enfermedad, para que encuentren la mejor medicina, la del amor.
♥️
Maria
6/5/2018