lunes, 29 de febrero de 2016

Los secretos de las almas

Aquella misteriosa ventana albergaba los secretos de las almas antes de partir 
Los tejía entre sus telarañas 
Los humeaba con incienso 
Y eran ofrendados al padre cielo 
Allí se elevaban 
Como un globo soltado al azar 
Como una pluma flotando en el mar 
Volaban en liviandad 
Se coloreaban con el pueblo nube 
Danzando rituales de amor y sombra 
Entre velos violáceos que cubrían sus vergüenzas 
Allí, en las noches de luna llena 
Con el resplandor de su luz
Eran develados 
Y entregados al Gran Misterio de la vida 

Maria 

24/2/16 
Beruti, Buenos Aires 

martes, 16 de febrero de 2016

La ventana secreta

Llego a la puerta de aquella famosa casa de la calle Borges, atraído por la leyenda que contaba que había una ventana secreta al fondo del jardín y que una mujer una noche de tristezas la había atravesado. 

Toco el timbre, y un hombre de mediana edad con mirada intensa y voz rasposa pregunto quien es? 
El no sabia que hacer, estuvo por irse, cuando volvió a sonar esa pregunta: quien es? 
Cuando estaba por cruzar, sin querer dijo que era un vecino que había visto el cartel de venta de la casa. 
No supo como salió esa respuesta pues no había preparado nada para decir, solo la curiosidad lo había llevado hasta allí. 
El hombre le abrió, lo relojio de arriba a abajo antes de dejarlo pasar. 
Cuando finalmente entro, se quedo sin palabras cautivo por la magia de aquel lugar. 
El dueño lo invito a pasar para hacer la clásica recorrida de la casa, mostrándole el living amplio repleto de adornos curiosos con historia que hablaban mas de sus habitantes que de la casa. 
Siguieron recorriendo el lugar, los ambientes, el piso de arriba, mientras una gata gris iba y venia como inspeccionando a ese extraño señor. 
De repente, escucho la voz de una niña que hablaba con un ser llamado Topi, le resulto insólito hasta que fueron a conocer el baño del piso superior donde estaba ese diminuto animal parado en dos patitas mostrando sus dos dientes. 
Ya todo le resultaba un cuento de Borges. 
Pero el quería ir al jardín, así que tímidamente le pregunto al dueño si podía conocer aquel enigmático jardín, y sin dudarlo, el dueño le enseño la perla de la casa, ese oasis verde y pranico escondido en medio de la ciudad. 
Se quedó inmóvil, no podía creer lo que veía, esa enredadera viva y voraz, el famoso joven árbol danzarín, y la música de los barcos de metal. Todo era tal cual lo que sabia de aquella leyenda. 
Observo detenidamente cada rincón, hasta que vio la ventana secreta al fondo  del jardín. 
Se quedo sin aliento, era como la imaginaba, antigua y bella. 
Justo le sonó el celular al dueño de la casa y salió para atender, mientras le decía que podía caminar por allí. 
El, guiado por su espíritu curioso, avanzó despacio por el jardín palpitando cada paso a sus pies, olfateando la leyenda de la misteriosa ventana secreta. 
Siguió caminando hasta poder ver de cerca y tocar aquella ventana buscando el rastro de aquella misteriosa mujer, cuando el dueño volvió y miro extrañado a aquel hombre desconocido en actitud sospechosa en el fondo del jardín.  
El se apuro en regresar y dijo que tenía que irse, que su mujer lo esperaba para almorzar en un bar llamado Helena. 
Salió de prisa y avergonzado, corrió hacia la puerta de salida y se esfumo. 
No volvieron a verlo por ahí, nadie lo conocía en el barrio y nunca supieron que fue a buscar ese hombre, solo saben que jamás un extraño había pretendido abrir aquella ventana del fondo del jardín. 

Maria 
2/2/16 
Beruti, Buenos Aires 

Dejar la casa de Borges

Llego la ultima noche en la casa rosa viejo de Borges
Un mar de tristeza inundo su piel 
Las lagrimas rodaban por su cara 
Bajando por la escalera hacia el jardín 
Cuando Inexplicablemente, ella se quebró 

El fantasma de perder aquella paz que sintió apareció 
El desgano comenzó a avanzar tímidamente 
Mientras un torbellino de emociones cruzadas explotaron en su interior 
Regresar a la rutina, a la vida cotidiana, a las obligaciones y decisiones que la esperaban 
Todo ello y mucho más comenzó a atormentarla 

Salió en medio de la noche a caminar por aquel jardín primitivo 
No quería despedirse, pero algo la llamaba 
Era la ultima noche y quizás nunca más volvería allí 
Una fuerte sensación de perdida e impotencia apareció 
Camino unos pasos silenciosa y vulnerable 
El joven árbol se conmovió y la abrazo con sus ramas susurrándole bendiciones de amor 
El cantoneo de los barcos colgantes dio su último concierto dedicándole una canción 
La enredadera desplegó todo su aroma para perfumar su corazón 
Ella siguió caminando descalza sintiendo la potencia de la tierra en sus pies 

Sin saber como salir 
Sin saber como seguir
Miro al cielo buscando una señal 
Respiro hondo 
Y cruzo el agua para luego atravesar una vieja ventana del fondo del jardín 

Maria 
31/1/2016
Borges, Buenos Aires 



La casa de Borges III

Era la ultima tarde de un tranquilo verano de enero 
Ella nuevamente se recostaba en su hamaca preferida 
Desparramando su cuerpo en la tela cruda y tersa 
Otra vez sentía el cantoneo de las piedras que resultaron barcos colgados al azar, llevándola a un delicioso estado de conciencia sin igual 
Y Comenzó poco a poco, la suave danza de las hojas del jardín al ritmo del mahual 
Y casi sin querer ella levitaba otra vez 
Su cuerpo se hamacaba entre la enredadera que vestía la pared izquierda hacia la que caía de la derecha 
Un joven árbol se entusiasmó con la melodía y movió sus ramas al compás entrando en un trance de ensueño 
Sus hojas verdes y plateadas acariciaban la espalda de esa mujer que había perdido el control entregándose al arrullo de la música que sonaba en ese jardín 
Aunque nadie tocaba 
Aunque nadie la veía 
Ella sabia que una orquesta natural la sostenía 

Maria 
30/1/2016 
Borges, Buenos Aires 

La casa de Borges II

Una vez mas volvía a sentir esa sensación conocida que a veces la tomaba 
Como si bebiera un elixir relajante que la llevaba a un limbo sin igual 
Un lugar bello y repleto de paz 
Donde los problemas se han ido de vacaciones 
Y los relatos son solo cuentos mágicos que endulzan su piel 

En la casa de Borges 
Cuando las estrellas se alinean con el canto de los grillos 
Ella levita 

Alejada de los ruidos de la ciudad 
Alejada de los dimes y diretes 
Alejada de la rutina y sus obligaciones 
En esa casa, se hipnotiza con el aire 
Dejándose llevar por una ola suave y ondulante de quietud 
Saboreando esa mágica sensación de no pensar y dejarse Ser 

Maria 
29/1/2016 
Borges, Buenos Aires 

La casa de Borges I

Acostada en su hamaca preferida 
Con una gata gris entre sus piernas 
Estaba ella, lánguida y laxa 
Sostenida entre las hojas del jardín 
Qué bailaban al ritmo de una fresca brisa de finales de enero 

Un suave sonido la deleitaba 
Ese cantoneo de unas piedras colgadas al azar que hipnotizaba su piel 
El cielo celeste se asomaba a lo lejos 
Mientras la noche anunciaba su llegada 
El momento más sublime del día 
Ese donde el día besa a la noche 

Y un sabor melancólico ella emanaba 
Algo inexplicable y con sentido 
Algo de saudades perdidas en el tiempo 
Esa sensación de lograr una pausa en medio de la vida 
Una pausa en medio de la ciudad 

Allí mismo, en una casa rosa viejo de la calle Borges de Palermo 
Abrazada por la suspensión del tiempo 
Por la calma verde de aquel jardín primitivo 
Mezclada con libros de grandes escritores que dejan su huella en esta tierra 
Buscaba algún mensaje inspirador caído en sus oídos 

Alli, estaba ella
Soñando con un libro 
Soñando con aparecer a través de los desvelos de las madrugadas 

Maria 
28/1/2016 
Borges, Buenos Aires