Hace ocho años golpeaste la puerta de la casa de mi mamá y entraste, despacito y silenciosamente.
Yo no te conocía personalmente, sólo te había visto en alguna película o revista.
Nos costó descubrirte, tal vez por desconocimiento, por miedo o por resistencia.
Poco a poco fuimos develándote, y tú te fuiste manifestando a través de mi madre, quien con mucho miedo iba revelando tus cualidades.
El comienzo fue difícil, mi mamá no comprendía que le pasaba y no se animaba a conversar de ello, tenía terror pues algo se apoderaba de ella que no podía controlar y la avergonzaba.
Mi padre estaba expectante, preocupado, negado a aceptar los cambios que venían ocurriendo, sorprendido, anonadado, su compañera de vida estaba cambiando sin control y sin saber qué era lo que pasaba.
Poco a poco fuimos buscando asistencia médica, mi mamá no quería hacerse estudios, hasta que un día un estado catatónico fue el detonante para poder ir a la Clínica Fleni donde llevamos a mamá supuestamente por un día y estuvo unos cuantos más haciéndose diversos estudios de toda índole, desde tomografías, radiografías hasta tests psicológicos.
Guardo en mi lindos recuerdos, fue la primera vez que en la sala de espera y cuando vimos a un chico con discapacidades, le pregunté a mamá: "tuviste mucho miedo cuando estabas embarazada esperándome?", "si, mucho miedo", dijo ella, y le pregunté: "y cuando nací?", "mucha alegría" me respondíó. Esas palabras son un tesoro para mi, las guardo en mi corazón.
Luego ocurrieron cosas simpáticas como cuando entraban los estudiantes junto con el médico psiquiatra a hacerle los tests psicológicos, y eran tantos que no entraban en el cuarto, por ello les pedí que sólo entren tres, asi ella podía responderles, y cuando le preguntaban, mamá me miraba para que le sople, no olvidaré esa carita pícara mirándome, y yo debía contener la risa.
También recuerdo que otra noche íbamos a bajar a buscar algo al kiosko y entonces pregunté si alguien quería algo, y ella me dijo "un chorizito bombón", mi dulce!
Luego del Fleni, supimos que mamá tenía un cuadro de Alzheimer mixto, en realidad es una demencia de Pick, lo que significa que tiene algo de Parkinson también, por eso al tiempo mamá dejó de caminar.
Ay! Que fuerte! Y ahora a acompañar esta enfermedad, si como todas, lo que queda es acompañar a mamá, a mi papá, y acompañarnos entre todos los familiares cercanos.
Mi queridísimo papá lamentablemente no lo pudo resistir y su corazón lo partió, fue muy fuerte para el todo esto, y el sabía que desde el cielo nos podía y puede ayudar mejor, asi lo sentimos.
La verdad querido Alzheimer que si bien es muy fuerte tu presencia, también debo agradecerte muchas cosas pues gracias a ti pude conocer otras facetas de mi mamá, su aspecto más dulce, suave, juguetón, me encontré en muchas ocasiones cantando juntas, algo que jamás había ocurrido, salvo quizás de muy niña, pero luego no habíamos podido compartir ese aspecto.
Me encontré bailando juntas, o haciendo caras y riéndonos. La descubrí imitando a Nini Marshall! No lo podía creer! Me dije "ah bueno, ya se a quien salí yo con mi parte teatral!".
La pude abrazar!!!!! Y lo hice tantas veces!!! Que placer! A ella antes no le gustaba nada, y si bien algo de eso le queda aún, me fue permitiendo que la abrace cada vez un poquito más.
Y pude actuarle! Si!!!! Antes de que llegues Alzheimer, ella nunca quiso venir a verme actuar, por miedo, por prejuicios, por lo que sea, lo cierto es que no me había visto. Cuando mamá cumplió sus 79 años, tuve la genial idea - disculpa mi honestidad pero asi lo siento - de hacerle un numerito de varieté con mis hermosas compañeras de teatro Marcela y Lily! Tres chismosas entramos al living de la casa de mamá disfrazadas y con ajos en la cabeza comentando la vida de Blanqui, mi mamá, y terminamos cantando la canción del AJO!!! La carita de mamá no la olvidaré jamás!!! Estaba tan atenta y con los ojitos brillantes mirando todo como una nena encantada!!! Lo disfruté tanto!!!
Podría serguir contando anécdotas, como los viajes al campo en auto cantando, los encuentros familiares todos juntos a su alrededor, hasta incluso las idas a los pisquiatras en familia fueron lindas, pues teníamos que hablar de lo que nos pasaba!!! Por fin! Para mi eso era y es una fiesta!!!
Tantos años donde costaba hablarnos de verdad, tantos años donde no podía abrazar a mi mamá porque no le gustaba, tantos años de no poder mostrarme como soy con mi parte lúdica teatral, que por fin podía abrir todo eso y compartirlo!!!.
Alzheimer debo decirte que también me diste una gran conciencia del valor que tiene cada momento, de lo precioso que es cada instante, pues como tu vas avanzando a paso acompasado, tuve muy claro que lo que hoy puedo compartir seguramente en un tiempo no estará, lo que pude cantar en ese momento con mamá, ya no podemos hacerlo juntas porque mamá se olvidó de cantar.
Sin embargo, si bien has crecido mucho Alzheimer, y has acaparado a mi mamá, aún valoro cada instante, como cuando podemos ir a la plaza con las personas que cuidan a mamá que son maravillosas y enviadas desde el cielo, y sigo cantándole canciones a mamá, tomando solcito agarradas de la mano, o si estás un poco dormida puedo leerte algo lindo como las poesías de la mamá de una querida amiga, o rezar juntas, o ir de una escapada con la silla de ruedas a rezar un rato en San Martín de Tours, y encontrarnos con alguno de los sacerdotes agustinos y que nos de la bendición a todos.
Como familia siento que nos uniste más, que pudimos reunirnos más por mamá y por nosotros.
Con mi hermana Alejandra, poder compartir cada cosa cotidiana, cada corrida porque mamá tenía una emergencia, hemos pasado horas en médicos y guardias, y pudimos y podemos contenernos en cada paso que vas dando, querido Alzheimer.
Con los médicos, excelentes personas que están cerca nuestro, especialmente Javier, con su calidez y sencillez.
Y con mi Juan Martín, enorme valor que me acompaña en todo este proceso, con su humor y dulzura, que ha hecho reir a mamá tantas veces jugando con los disparates que ella decía.
Por eso, querido Alzheimer, si bien ha sido muy duro conocerte pues sos implacable y avanzas siempre, quiero agradecerte pues nos despertaste nuestra capacidad de amar, y sin el amor es imposible vivir esta enfermedad.
Gracias!!!
María
Yo no te conocía personalmente, sólo te había visto en alguna película o revista.
Nos costó descubrirte, tal vez por desconocimiento, por miedo o por resistencia.
Poco a poco fuimos develándote, y tú te fuiste manifestando a través de mi madre, quien con mucho miedo iba revelando tus cualidades.
El comienzo fue difícil, mi mamá no comprendía que le pasaba y no se animaba a conversar de ello, tenía terror pues algo se apoderaba de ella que no podía controlar y la avergonzaba.
Mi padre estaba expectante, preocupado, negado a aceptar los cambios que venían ocurriendo, sorprendido, anonadado, su compañera de vida estaba cambiando sin control y sin saber qué era lo que pasaba.
Poco a poco fuimos buscando asistencia médica, mi mamá no quería hacerse estudios, hasta que un día un estado catatónico fue el detonante para poder ir a la Clínica Fleni donde llevamos a mamá supuestamente por un día y estuvo unos cuantos más haciéndose diversos estudios de toda índole, desde tomografías, radiografías hasta tests psicológicos.
Guardo en mi lindos recuerdos, fue la primera vez que en la sala de espera y cuando vimos a un chico con discapacidades, le pregunté a mamá: "tuviste mucho miedo cuando estabas embarazada esperándome?", "si, mucho miedo", dijo ella, y le pregunté: "y cuando nací?", "mucha alegría" me respondíó. Esas palabras son un tesoro para mi, las guardo en mi corazón.
Luego ocurrieron cosas simpáticas como cuando entraban los estudiantes junto con el médico psiquiatra a hacerle los tests psicológicos, y eran tantos que no entraban en el cuarto, por ello les pedí que sólo entren tres, asi ella podía responderles, y cuando le preguntaban, mamá me miraba para que le sople, no olvidaré esa carita pícara mirándome, y yo debía contener la risa.
También recuerdo que otra noche íbamos a bajar a buscar algo al kiosko y entonces pregunté si alguien quería algo, y ella me dijo "un chorizito bombón", mi dulce!
Luego del Fleni, supimos que mamá tenía un cuadro de Alzheimer mixto, en realidad es una demencia de Pick, lo que significa que tiene algo de Parkinson también, por eso al tiempo mamá dejó de caminar.
Ay! Que fuerte! Y ahora a acompañar esta enfermedad, si como todas, lo que queda es acompañar a mamá, a mi papá, y acompañarnos entre todos los familiares cercanos.
Mi queridísimo papá lamentablemente no lo pudo resistir y su corazón lo partió, fue muy fuerte para el todo esto, y el sabía que desde el cielo nos podía y puede ayudar mejor, asi lo sentimos.
La verdad querido Alzheimer que si bien es muy fuerte tu presencia, también debo agradecerte muchas cosas pues gracias a ti pude conocer otras facetas de mi mamá, su aspecto más dulce, suave, juguetón, me encontré en muchas ocasiones cantando juntas, algo que jamás había ocurrido, salvo quizás de muy niña, pero luego no habíamos podido compartir ese aspecto.
Me encontré bailando juntas, o haciendo caras y riéndonos. La descubrí imitando a Nini Marshall! No lo podía creer! Me dije "ah bueno, ya se a quien salí yo con mi parte teatral!".
La pude abrazar!!!!! Y lo hice tantas veces!!! Que placer! A ella antes no le gustaba nada, y si bien algo de eso le queda aún, me fue permitiendo que la abrace cada vez un poquito más.
Y pude actuarle! Si!!!! Antes de que llegues Alzheimer, ella nunca quiso venir a verme actuar, por miedo, por prejuicios, por lo que sea, lo cierto es que no me había visto. Cuando mamá cumplió sus 79 años, tuve la genial idea - disculpa mi honestidad pero asi lo siento - de hacerle un numerito de varieté con mis hermosas compañeras de teatro Marcela y Lily! Tres chismosas entramos al living de la casa de mamá disfrazadas y con ajos en la cabeza comentando la vida de Blanqui, mi mamá, y terminamos cantando la canción del AJO!!! La carita de mamá no la olvidaré jamás!!! Estaba tan atenta y con los ojitos brillantes mirando todo como una nena encantada!!! Lo disfruté tanto!!!
Podría serguir contando anécdotas, como los viajes al campo en auto cantando, los encuentros familiares todos juntos a su alrededor, hasta incluso las idas a los pisquiatras en familia fueron lindas, pues teníamos que hablar de lo que nos pasaba!!! Por fin! Para mi eso era y es una fiesta!!!
Tantos años donde costaba hablarnos de verdad, tantos años donde no podía abrazar a mi mamá porque no le gustaba, tantos años de no poder mostrarme como soy con mi parte lúdica teatral, que por fin podía abrir todo eso y compartirlo!!!.
Alzheimer debo decirte que también me diste una gran conciencia del valor que tiene cada momento, de lo precioso que es cada instante, pues como tu vas avanzando a paso acompasado, tuve muy claro que lo que hoy puedo compartir seguramente en un tiempo no estará, lo que pude cantar en ese momento con mamá, ya no podemos hacerlo juntas porque mamá se olvidó de cantar.
Sin embargo, si bien has crecido mucho Alzheimer, y has acaparado a mi mamá, aún valoro cada instante, como cuando podemos ir a la plaza con las personas que cuidan a mamá que son maravillosas y enviadas desde el cielo, y sigo cantándole canciones a mamá, tomando solcito agarradas de la mano, o si estás un poco dormida puedo leerte algo lindo como las poesías de la mamá de una querida amiga, o rezar juntas, o ir de una escapada con la silla de ruedas a rezar un rato en San Martín de Tours, y encontrarnos con alguno de los sacerdotes agustinos y que nos de la bendición a todos.
Como familia siento que nos uniste más, que pudimos reunirnos más por mamá y por nosotros.
Con mi hermana Alejandra, poder compartir cada cosa cotidiana, cada corrida porque mamá tenía una emergencia, hemos pasado horas en médicos y guardias, y pudimos y podemos contenernos en cada paso que vas dando, querido Alzheimer.
Con los médicos, excelentes personas que están cerca nuestro, especialmente Javier, con su calidez y sencillez.
Y con mi Juan Martín, enorme valor que me acompaña en todo este proceso, con su humor y dulzura, que ha hecho reir a mamá tantas veces jugando con los disparates que ella decía.
Por eso, querido Alzheimer, si bien ha sido muy duro conocerte pues sos implacable y avanzas siempre, quiero agradecerte pues nos despertaste nuestra capacidad de amar, y sin el amor es imposible vivir esta enfermedad.
Gracias!!!
María