jueves, 18 de junio de 2015

Pautas lingüísticas Gestálticas para comunicarnos mejor


Uno busca lleno de esperanzas 
el camino que los sueños prometieron a sus ansias. 
Enrique Santos Discepolo



Estoy en mi casa aburrida, y decido prender la tele, aparece el noticiero y una señora hablando: "es tremendo lo que a uno le hacen en la calle".
Cambio de canal, veo el final de un partido de fútbol, el entrenador esta hablando: "es que cuando a uno lo cuestionan es muy difícil jugar". Vuelvo a cambiar de canal y hay un programa de chimentos del espectáculo, esos que comentan las intimidades de los actores, y esta hablando una actriz: "a mi no me gusta cuando a uno la critican y maltratan".

Me voy a una reunión de amigos, y un amigo relata su preocupación por su situación, y dice: "es muy feo cuando a uno no le dicen la verdad". Otro le contesta: "es que la gente no quiere hablar, y eso no es bueno para nadie, y menos para uno".


Entonces me pregunto, quien será uno? Hablan del mismo uno?


Cuando me detengo a observar como nos comunicamos, en los medios de comunicación como con nuestros amigos y familiares, me doy cuenta que aparece con mucha frecuencia hablar de uno, o en forma generalizada, sin hacernos cargo de lo que decimos.


Las palabras "uno", "gente", y "nadie", se repiten una y otra vez, y pocas veces nos expresamos diciendo lo que a mi me pasa, o yo me siento de determinada forma.

Quizás la vergüenza, el miedo a conectarnos con nuestros sentimientos, o a expresar lo que verdaderamente pensamos, nos lleva a usar modos impersonales, generalizados y usuales.

La Gestalt propone comunicarnos de tal manera que, como dice el Licenciado Eduardo Carabelli - fundador del Centro Gestáltico San Isidro en la ciudad de Buenos Aires -, profundicemos el contacto con nosotros y con el mundo, en el presente y haciéndonos cargo de lo que somos.

Es llegar al “darse cuenta”, como resultado de estar en contacto con lo que hay aquí y ahora con todos los sentidos para percibirnos a nosotros mismos y al mundo. 


Es hacernos cargo de lo que hay sin interferir ni interrumpir.


Es hacernos responsables, desarrollando nuestra capacidad de responder desde nuestro sentir y pensar, integrándolos. 

Escuchar y expresarnos son las bases de una buena comunicación.

Para lograr una buena expresión, existen ciertas pautas lingüísticas que nos ofrece la Gestalt, que nos ayudan a conocernos y darnos a conocer.

1.- Para comenzar a hablar, es importante autoexpresarnos en primera persona y en singular YO, aquí y ahora, en este instante, y así favorecer la responsabilidad de nuestros procesos y evitar proyecciones en el otro de aquello que me está pasando a mi. 
De esta forma expreso mi propia experiencia, lo que pienso, lo que siento o lo que quiero. No usamos el lenguaje impersonal, abrimos nuestro canal de comunicación diciendo que soy yo, no uno, y así está claro quien está hablando.
Comenzar con este simple cambio, modifica sustancialmente el mensaje, tanto para quien lo está dando, como para quien lo está recibiendo.

2.- No generalizar. Todos, nadie, cualquiera, siempre, nunca, son expresiones inexactas que nos distancian de lo que estamos experimentando.

3.- No interrumpir. Es quizás una de las más difíciles de las pautas. Estamos acostumbrados a interrumpir con algún comentario, o consejo o ayuda. Dejar que el otro se exprese para que desarrolle su propio proceso, y tan sólo escucharlo, aprender a callar y esperar nuestro momento.
También es estar atento a las propias auto interrupciones, como ser algún gesto especial, levantarse para buscar algo que justo en ese momento necesito, etc.

4.- No juzgar. No etiquetar la experiencia, ni calificarla de buena o mala. Tan sólo observamos y descubrimos lo que nos sucede con ella, sea nuestra experiencia o la del otro.

5.- No interpretar. Estamos acostumbrados a suponer, a saber de antemano lo que le pasa al otro. Por ello, es sano no interpretar, no adjudicar significados, no asegurar lo que le está pasando a la otra persona. Distinguir lo obvio que captamos por nuestros sentidos, de todo aquello que luego le agregamos fruto de nuestros imaginarios que damos por ciertos. La adjudicación de intenciones  acusa y causa daño “Eso lo hiciste porque vos sos”, o “yo sabía que esto te iba a pasar, si seguís así te vas a quedar solo”, etc. 

6.- No minimizar. Si siento un poco de tristeza, estoy minimizando mi tristeza. Permitamos que la tristeza sea como es, sin pretender achicarla, pues sino estoy descalificando lo que siento.

7.- Privilegiar el sentir por el pensar. De esta forma el registro sensible nos ayuda a que el organismo se haga conciente de su estar aquí y ahora. La emoción se registra en el cuerpo, y provee información mucho más auténtica que el pensar, con el que usualmente nos identificamos y armamos historias que suelen alejarnos de nuestra experiencia y no hacen más que murmullo mental.
Tampoco se trata de eliminar el pensamiento porque es malo, sino de integrar, pensar en el momento de planear y razonar, y sentir para captar aquello que me pasa, registrar mis necesidades y sentimientos, y al entorno. Y así ser concientes de lo que sentimos, lo que pensamos, lo que hacemos y lo que evitamos. 
Para ello, usaremos el “Yo siento”, y describir la sensación o sentimiento que experimentamos. 
Debemos tener cuidado con el uso de “yo siento que vos…”, o “yo te siento…”,  pues suelen anteceder a un pensamiento o juicio del otro. Lo que si podré expresar es lo que yo siento cuando el otro se expresa, pues cada uno es dueño de sus sentimientos.

8.- No amortiguar. Ser directo en la expresión, no dar muchas vueltas ni rodeos para expresar aquello que me pasa, es más claro y sencillo.

9.- No manipular. Con el objeto de tener lo que deseamos, muchas veces llenamos al otro de culpa, o lo seducimos, o lo hacemos sentir poderoso, para que nos diga o haga lo que queremos.

10.- Si, pero. Decimos que si a toda la propuesta y luego la descalificamos o nos justificamos. Para ello, proponemos reemplazar el “pero” por la “y”, y simplemente agregamos lo que creemos o sentimos.

11.- Preguntas. Transformar las preguntas en aseveraciones es darle una chance a la autoafirmación. Entonces, en lugar de decir “No tenés ganas de ir a tomar algo?”, digo “Me gustaría ir a tomar algo con vos”, y agregaría donde o cuando?

12.- No disculparse. Es mejor decir “lo siento”, así no entregamos nuestro poder al otro, esperando su disculpa para sentirnos bien. Pues detrás de una disculpa está nuestro autoacusación y sentimiento de culpa. 

13.- No quiero/No puedo. A veces es genuino, otras no. Debemos tener cuidado con justificarnos o escondernos en un no puedo, y no asumir nuestra  responsabilidad, alejándonos de nuestra libertad de elegir. Jugar el rol del pobrecito o el impotente, me aleja de mi propio poder. Decir “no quiero”, por el contrario me afirma y asumo las consecuencias de mi propia elección.
Esto no significa ser omnipotente, a veces puedo aceptar mis limitaciones, y podré buscar recursos o bien reformular mi objetivo.

Estas pautas son una buena guía para lograr una comunicación más sana, precisa y clara, primero con nosotros mismos, y luego con quienes nos vinculamos.
Y así lograr ser más auténticos, responsables y conocernos más.

Por ello, podemos ir intentando aplicar estas pautasen forma paulatina, comenzando tan sólo con poner el foco y observar: ¿cómo estoy comunicándome?


María Carneiro
Mediadora – Abogada - Gestaltista


Bibliografía:
“Entrenamiento en Gestalt, Manual para terapeutas y coordinadores sociales”, de Eduardo Carabelli, Editorial Del Nuevo Extremo, 2012.


sábado, 6 de junio de 2015

Estar presente y disfrutar

Estoy en un lugar hermoso, casi que no puedo creer la belleza que hay en este lugar.
Llegue a esta isla pequeña de Panarea en medio del mar Tirreno sin saber como, ha sido un verdadero  regalo del universo!
Y no puedo creer tanta belleza que hay aquí,  casi como si no me lo mereciera.
La recibo, la contemplo, y ....

Ahí vienen, llegan las moscas de los pensamientos a molestar.
Me vienen a recordar cuantas cosas tengo que hacer que me he olvidado.
Que las cuentas, que el mail, que escribirle a tal persona, que no me olvide de ..., y aparece una larga lista de pendientes.
Claro, pues tengo que hacer todo eso! Y que sea pronto!
Luego vienen otros pensamientos interpretando cosas que pasaron, que me quiso decir tal persona con tal expresión, o con aquello que hizo aquel día.
Y como si eso no fuera poco, llegan los pensamientos de lo que puede pasar, ojo con esto, ten cuidado con aquello.

Y de repente, hago una pausa, una bendita pausa, y me doy cuenta de como mi mente me ha distraído, me ha entreverado con miles de pensamiento que lo que han logrado es boicotearme y sacarme de mi estado de contemplación de la belleza de esta tierra, nuestra madre naturaleza.

Al hacer esta pausa, me doy cuenta de lo que me esta pasando, dejo pasar esos pensamientos, les digo que luego me ocupare de ellos, que ahora necesito estar aquí recibiendo esta hermosura,  y respiro hondo, y vuelvo a mirar, a contemplar lo que esta ante mis ojos y mis sentidos, buscando llenarme de tanta naturaleza, inmersa en ese ritmo único que tiene y que sucede sin necesidad de control alguno, y es pura belleza.
Observo a ese pájaro que esta volando, a esas nubes con forma de circulo, a esa luz en el cielo que se manifiesta de colores violáceos en el horizonte, a esos barcos que pasan tranquilamente, a ese hombre que nada como un pez en el agua, escucho el sonido del oleaje del mar.... Y me lleno de esa belleza.

A veces disfrutar de lo mas simple de la vida que se manifiesta ante nosotros, es lo más difícil, y es solo cuestión de darnos permiso y estar presentes.

Maria 🌀
7/6/15


viernes, 5 de junio de 2015

Mediación y Gestalt, un puente de integración

Para mi la mediación fue un amor a primera vista. 
Corría el año 1995, y en la ciudad de Buenos Aires promulgaban la ley 24.573 de mediación, y fui a una conferencia en la Universidad de Buenos Aires para conocerla, y me enamoré.  
A partir de allí recorrí un largo camino de aprendizaje, formacion  y experiencia como mediadora, contenta de haber encontrado una luz en mi camino que me abrió a nuevas formas de resolver los conflictos. 

Varios años después, llegue a la Gestalt, buscándome, y buscando crecer. 
No sabia con que me encontraría al entrar en este camino. 
Para mi ha sido un antes y un después, un portal, una senda que se expandió dentro mío, llevándome a lugares inhóspitos y bellos, de mucho aprendizaje. 

Por ello, comencé a tender este hermoso puente entre la Mediación y la Gestalt, uniendo dos amores que tienen mucho para dar, dispuesta a ofrecer este encuentro de aprendizaje, fruto de un largo camino recorrido. 

Digo encuentro, pues es mas que un curso, es un encuentro con uno mismo y con el otro, con mi ser mediador y con la Mediacion, con la Gestalt y su vertiente. 

Y quizás alguien pregunte: y que es la Gestalt? 

Podría compartir lo que un maestro, Alejandro Spangenberg, dice: "Gestalt es una travesía, un camino compartido, una senda, una ruta de vuelta a casa, un misterio que se revela en relación, en compañía."

La gestalt es una filosofía de vida, un modo de estar en el mundo, busca una visión integradora del ser humano, valorizando sus dimensiones afectivas, intelectuales, sensoriales, sociales, espirituales, emocionales y fisiológicas. 

La actitud Gestáltica aporta al mediador la base a partir de la cual ser mediador, y ayudar a las personas en la mediación. 

Es en la actualidad, en el presente, donde nos desplegamos como seres existentes, en el aquí y ahora podemos mediar, brindando espacio para conocer la vivencia actual del conflicto, como hoy lo están sintiendo quienes acuden a una mediación, y que es aquello que necesitan para estar abiertos al darse cuenta, momento clave a partir del cual pueden las personas tomar conciencia de aquello que buscan, del para que piden lo que piden. 

Es en la presencia, en la actitud de contacto con el entorno y con nosotros mismos, abiertos, dispuestos y sensibles a nuestra experiencia y la de quienes vienen a una mediación, para poder ayudarlos a darse cuenta y expresar lo que necesitan. 

Es la responsabilidad, la fuente de poder personal, que permite a las personas adueñarse completamente de sus acciones, asumir riesgos y aprender paso a paso, generando una capacidad de respuesta creativa en quienes vienen a la mediación, potenciando el autoapoyo y la autocomposición, ayudándolos a hacerse cargo de sus elecciones, preguntándoles qué pueden hacer a partir de esta situación de conflicto, y buscar posibles soluciones colaborativas. 

Y todo ello desde la empatía, virtud madre para acompañar a las personas en conflicto, con todos los sentidos al servicio de las personas, y con el corazón abierto a encontrar luces en el camino del conflicto. 

La Gestalt nos brinda huellas, recursos y técnicas, para poder ayudarme a ayudar mejor, para contactar conmigo y con el otro, para encontrar aquello que necesito, y aquello que quien viene a una mediación necesita. 

Son muchos los recursos y técnicas que ofrece, y es a través de la experiencia que podemos incorporarlos y ofrecerlos. 

Y así lograr ser un mediador mas integrado, para colaborar con quienes vienen a pedirnos ayuda en la búsqueda de acuerdos posibles. 

Maria Carneiro
5/6/15