viernes, 5 de junio de 2015

Mediación y Gestalt, un puente de integración

Para mi la mediación fue un amor a primera vista. 
Corría el año 1995, y en la ciudad de Buenos Aires promulgaban la ley 24.573 de mediación, y fui a una conferencia en la Universidad de Buenos Aires para conocerla, y me enamoré.  
A partir de allí recorrí un largo camino de aprendizaje, formacion  y experiencia como mediadora, contenta de haber encontrado una luz en mi camino que me abrió a nuevas formas de resolver los conflictos. 

Varios años después, llegue a la Gestalt, buscándome, y buscando crecer. 
No sabia con que me encontraría al entrar en este camino. 
Para mi ha sido un antes y un después, un portal, una senda que se expandió dentro mío, llevándome a lugares inhóspitos y bellos, de mucho aprendizaje. 

Por ello, comencé a tender este hermoso puente entre la Mediación y la Gestalt, uniendo dos amores que tienen mucho para dar, dispuesta a ofrecer este encuentro de aprendizaje, fruto de un largo camino recorrido. 

Digo encuentro, pues es mas que un curso, es un encuentro con uno mismo y con el otro, con mi ser mediador y con la Mediacion, con la Gestalt y su vertiente. 

Y quizás alguien pregunte: y que es la Gestalt? 

Podría compartir lo que un maestro, Alejandro Spangenberg, dice: "Gestalt es una travesía, un camino compartido, una senda, una ruta de vuelta a casa, un misterio que se revela en relación, en compañía."

La gestalt es una filosofía de vida, un modo de estar en el mundo, busca una visión integradora del ser humano, valorizando sus dimensiones afectivas, intelectuales, sensoriales, sociales, espirituales, emocionales y fisiológicas. 

La actitud Gestáltica aporta al mediador la base a partir de la cual ser mediador, y ayudar a las personas en la mediación. 

Es en la actualidad, en el presente, donde nos desplegamos como seres existentes, en el aquí y ahora podemos mediar, brindando espacio para conocer la vivencia actual del conflicto, como hoy lo están sintiendo quienes acuden a una mediación, y que es aquello que necesitan para estar abiertos al darse cuenta, momento clave a partir del cual pueden las personas tomar conciencia de aquello que buscan, del para que piden lo que piden. 

Es en la presencia, en la actitud de contacto con el entorno y con nosotros mismos, abiertos, dispuestos y sensibles a nuestra experiencia y la de quienes vienen a una mediación, para poder ayudarlos a darse cuenta y expresar lo que necesitan. 

Es la responsabilidad, la fuente de poder personal, que permite a las personas adueñarse completamente de sus acciones, asumir riesgos y aprender paso a paso, generando una capacidad de respuesta creativa en quienes vienen a la mediación, potenciando el autoapoyo y la autocomposición, ayudándolos a hacerse cargo de sus elecciones, preguntándoles qué pueden hacer a partir de esta situación de conflicto, y buscar posibles soluciones colaborativas. 

Y todo ello desde la empatía, virtud madre para acompañar a las personas en conflicto, con todos los sentidos al servicio de las personas, y con el corazón abierto a encontrar luces en el camino del conflicto. 

La Gestalt nos brinda huellas, recursos y técnicas, para poder ayudarme a ayudar mejor, para contactar conmigo y con el otro, para encontrar aquello que necesito, y aquello que quien viene a una mediación necesita. 

Son muchos los recursos y técnicas que ofrece, y es a través de la experiencia que podemos incorporarlos y ofrecerlos. 

Y así lograr ser un mediador mas integrado, para colaborar con quienes vienen a pedirnos ayuda en la búsqueda de acuerdos posibles. 

Maria Carneiro
5/6/15


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