martes, 16 de febrero de 2016

Dejar la casa de Borges

Llego la ultima noche en la casa rosa viejo de Borges
Un mar de tristeza inundo su piel 
Las lagrimas rodaban por su cara 
Bajando por la escalera hacia el jardín 
Cuando Inexplicablemente, ella se quebró 

El fantasma de perder aquella paz que sintió apareció 
El desgano comenzó a avanzar tímidamente 
Mientras un torbellino de emociones cruzadas explotaron en su interior 
Regresar a la rutina, a la vida cotidiana, a las obligaciones y decisiones que la esperaban 
Todo ello y mucho más comenzó a atormentarla 

Salió en medio de la noche a caminar por aquel jardín primitivo 
No quería despedirse, pero algo la llamaba 
Era la ultima noche y quizás nunca más volvería allí 
Una fuerte sensación de perdida e impotencia apareció 
Camino unos pasos silenciosa y vulnerable 
El joven árbol se conmovió y la abrazo con sus ramas susurrándole bendiciones de amor 
El cantoneo de los barcos colgantes dio su último concierto dedicándole una canción 
La enredadera desplegó todo su aroma para perfumar su corazón 
Ella siguió caminando descalza sintiendo la potencia de la tierra en sus pies 

Sin saber como salir 
Sin saber como seguir
Miro al cielo buscando una señal 
Respiro hondo 
Y cruzo el agua para luego atravesar una vieja ventana del fondo del jardín 

Maria 
31/1/2016
Borges, Buenos Aires 



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