La tristeza es una suave melodía que congoja el corazón, nos lleva a meternos hacia adentro, es una energía de decaimiento donde el pecho se contrae, la garganta se cierra, los ojos caen y afloran las lágrimas que son agua que permite drenar ese dolor.
La tristeza nos habla de pérdida de algo que ya no será, de alguien que ya no está, de un tiempo que ya se fue, de los duelos de la vida, es una brisa de nostalgia que deja ese vacío que nos penetra los poros y nos deja helados.
Poder dialogar con la tristeza, dejar que se exprese, que llore a lágrima viva como dice Oliverio Girondo, para aliviar ese dolor que clama por ser liberado, para luego poder convertir ese vacío frío en un vacío fértil donde poder sembrar las semillas de un nuevo tiempo revitalizado y con aires de esperanza.
Maria Carneiro
17/11/20
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