Voy manejando mientras llamo a mi amiga Cynthia, pongo el alta voz, y conversamos sobre nuestras cosas, nuestro día a día, nuestros proyectos.
Y le cuento como me fue ayer a la noche, cuando pudimos encontrarnos con mama y Magdalena, mi querida y hermosa terapeuta que me acompaña hace varios años, y tuvimos esos momentos sagrados y trascendentes de la vida, donde pude conectarme con mi
Ser, y decirle a mama muchas cosas, agradeciéndole lo que me dio, e incluso lo que no me dio, pues de ello también aprendí, crecí y me nutrí, y gracias a ello he andado y sigo andando mi camino de vuelta a casa
Pude expresarle desde mi corazón, mis miedos más íntimos, mis deseos, mis sueños, y al terminar, mama, que esta hace varios años postrada y con sus funciones cognitivas muy disminuidas por su alzheimer y demencia de cuerpos de lewy, simplemente suspiro, y fue un suspiro conmovedor que nos caló hondo.
Al escucharme, mi amiga me responde y me dice: "sos corajuda", y fue la primera vez que sentí en mi cuerpo una profunda comprensión de esa palabra, del coraje que nace de la fuerza del corazón, y me emocione al darme cuenta que si, soy corajuda, que haber podido hablarle a mamá en este momento tan especial de su vida que se va yendo, y de la mía, conectándome con mis sentimientos y mi amor, es ser corajuda.
Me agradezco por haber podido hacerlo, por reconocer mi capacidad de expresarme desde y con el corazón, y ser corajuda.
Maria
19/11/15
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