jueves, 15 de enero de 2015

Ese sabor de lo que ya no esta


Hace unas horas aterrizamos en Panamá City, luego de un largo viaje manejando desde Playa Grande, Guanacaste, hacia el aeropuerto de San José, dejar el auto, lidiar con los papeles, y luego tomar el vuelo de 55 minutos hacia aquí. 

Llegamos de noche, a una gran ciudad, donde sólo vi muchos edificios, y el cuarto del hotel. 

Y fue entrar al cuarto, muy lindo si, pero comencé a extrañar mi lugar en playa grande, comencé a lamentar haber decidido pasar dos días aquí, pues quería sentir el mar, sentir la selva, ver el cielo estrellado, escuchar los grillos, respirar aire puro! 

Y entonces me doy cuenta que generalmente valoro aún más aquello que tengo cuando ya no esta, cuando ya es un recuerdo! 
Y uffff, que sensación me vino, se me apretó el corazón... 

Es que en este momento que estoy en el cuarto del hotel, extraño poder salir en medio de la noche a escribir escuchando los sonidos de la noche, mi cuerpo me pregunta por que no cantan los grillos aquí? 

Si, lo asumo, me pasa, disfruto el momento, y cuando ya paso y dejo ese lugar hermoso, aún lo añoro más!
Es como si tuviera un sabor más delicioso aún, tal vez el sabor de lo que ya paso, lo que ya no esta. 
Es que mi mente me lleva y me trae, compara, va y viene, teje, y a veces tengo que decirle: ey, para un poco, podemos apreciar este instante así como es? 

Y bueno...,  será cuestión de aceptarlo, y valorar y disfrutar aquello que tengo y vivo cuando lo vivo, y cuando se va.... 

Vivir el presente, el bendito aquí y ahora, pues si vivimos añorando, nos perdemos este precioso instante. 
Ese es el valor de cada momento, el don de habitarlo y dejarnos invadir, ser y estar en el presente con todos nuestros sentidos para poder captar y apreciar su belleza. 

Y los recuerdos serán más bellos y  quedarán en mi para siempre. 

Ahora, que el recuerdo no me prive de apreciar la belleza del presente. 

María 
15/1/2015 

No hay comentarios:

Publicar un comentario