martes, 26 de abril de 2016

Ese abrazo

Viajaba sentada en la cuarta fila al lado de la ventana. 
Al dejar sus cosas comprobó que no tenía señal en su teléfono, así que decidio conversar con ella misma, tenía un largo viaje por delante. 
Al principio no sabia de que hablar, entonces se dejo llevar por la sensación de tristeza que la invadía. 
Un profundo cansancio sintió, un agotamiento por buscar repuestas que no encontraba, de estar demasiado consciente de sus procesos, de querer sanar su propia neurosis y sentir lo arduo que era ese camino. 
Y mientras sentía toda esa mezcla de sentimientos dolorosos y tristes, miro como su brazo derecho abrazaba su vientre tiernamente, y se quedo contemplando esa imagen de algo que estaba haciendo ella misma sin pensarlo mientras sus lagrimas rodaban sus mejillas. 
Ese brazo la contenía, ese brazo la cuidaba, y ese brazo no era mas que una parte de ella que siempre estuvo ahí para cuidarla, para darle animo, para contenerla y para decirle cuanto la quería, que aunque todo estuviera difícil, aunque el dolor y la impotencia desfilaran por ahí, siempre estaría ese brazo, ese abrazo de ella misma que nunca la dejaría. 

Maria 
2/4/16 
Camino a Montevideo 

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