La incertidumbre es una amiga que nos visita en algunas ocasiones en la vida.
Ella llega un día y se sienta a tomar un té con vos, y se pone a preguntar tantas cosas, que querés que se vaya pronto, y decís: para qué le abrí la puerta a esta señora? Qué ploma que es ella con sus preguntas infinitas!!!
Y cuando se va finalmente, nos deja de regalo la inquietud, las preguntas que abren y se meten en la cabeza, en el corazón, en la pansa, en los pies, en el alma! Y ufff!!!
Pero qué ha hecho esta señora por favor!!! Me ha engualichado????
No, simplemente se atrevió a preguntar, a invitarme a que me mire y me conecte profundamente conmigo.
Si, pero ella se fue muy contenta, y yo quedé acá con un tendal de preguntas profundas merodeándome dentro mío!!!
Si, a veces en la vida está bueno convivir con las preguntas de la propia vida, aquellas profundas preguntas del ser, del alma, las más profundas que en algunos momentos de nuestra vida nos preguntamos.
Y quema, incomoda, aprieta y duele tanto!!!
Pues preguntarnos y encontrar las respuestas es muy doloroso, incomoda tanto!!!!
Y ahí viene de visita nuestra mejor amiga: la Paciencia! O como diría mi amigo Manuel, paz y ciencia...
Ella nos dice que nos amiguemos con las preguntas, que tomemos un vinito, que nos riamos de ellas un poco, que cantemos y bailemos con ellas, que respiremos y nademos con ellas, y que en el momento menos esperado, siguiendo conectada conmigo, poco a poco o quizás repentinamente, aparecerán o se irán asomando las respuestas que vamos necesitando, a su tiempo.
Y que para eso la clave es estar muy conectada con mi presente, con cada día que vivo, sin mucho imaginar ni proyectar, conectar con mis deseos, con mis sueños más profundos, animarme a soñar....
Es paso a paso, presente, aquí y ahora, en el carpe diem, hoy es hoy, si, esta es la llave hacia el encuentro con mis respuestas.
Y un poco inquieta, abrazo a la paciencia y le pido me visite más seguido, pues con ella es con quien puedo caminar a mi ritmo, al encuentro conmigo misma,
María
Ella llega un día y se sienta a tomar un té con vos, y se pone a preguntar tantas cosas, que querés que se vaya pronto, y decís: para qué le abrí la puerta a esta señora? Qué ploma que es ella con sus preguntas infinitas!!!
Y cuando se va finalmente, nos deja de regalo la inquietud, las preguntas que abren y se meten en la cabeza, en el corazón, en la pansa, en los pies, en el alma! Y ufff!!!
Pero qué ha hecho esta señora por favor!!! Me ha engualichado????
No, simplemente se atrevió a preguntar, a invitarme a que me mire y me conecte profundamente conmigo.
Si, pero ella se fue muy contenta, y yo quedé acá con un tendal de preguntas profundas merodeándome dentro mío!!!
Si, a veces en la vida está bueno convivir con las preguntas de la propia vida, aquellas profundas preguntas del ser, del alma, las más profundas que en algunos momentos de nuestra vida nos preguntamos.
Y quema, incomoda, aprieta y duele tanto!!!
Pues preguntarnos y encontrar las respuestas es muy doloroso, incomoda tanto!!!!
Y ahí viene de visita nuestra mejor amiga: la Paciencia! O como diría mi amigo Manuel, paz y ciencia...
Ella nos dice que nos amiguemos con las preguntas, que tomemos un vinito, que nos riamos de ellas un poco, que cantemos y bailemos con ellas, que respiremos y nademos con ellas, y que en el momento menos esperado, siguiendo conectada conmigo, poco a poco o quizás repentinamente, aparecerán o se irán asomando las respuestas que vamos necesitando, a su tiempo.
Y que para eso la clave es estar muy conectada con mi presente, con cada día que vivo, sin mucho imaginar ni proyectar, conectar con mis deseos, con mis sueños más profundos, animarme a soñar....
Es paso a paso, presente, aquí y ahora, en el carpe diem, hoy es hoy, si, esta es la llave hacia el encuentro con mis respuestas.
Y un poco inquieta, abrazo a la paciencia y le pido me visite más seguido, pues con ella es con quien puedo caminar a mi ritmo, al encuentro conmigo misma,
María
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