El primer paso para soñar es animarnos a hacerlo, sentir el latido de nuestro corazón y poder vislumbrar nuestros sueños.
¿Como es mi sueño? ¿Que veo? ¿Que pálpito con mi sueño? ¿Donde estoy en mi sueño? ¿Como me siento? ¿Como me veo viviendo mi sueño?
El Segundo paso es decirle si a mi sueño y desear que sea. Desearlo con todo mi corazón, sentir amor por mi sueño. Abrirme a el, abrazarlo con todo mi ser, con mi cuerpo, con mi mente, con mi espíritu y con mi alma.
El tercer paso es preguntarme ¿cómo hago para concretar mi sueño? ¿Que necesito? Buscar aquello de orden material que necesito para lograr vivir mi sueño. Buscar ayuda en quienes pueden ser mis aliados en la construcción de la realidad de mi sueño.
El cuarto paso es comenzar a caminar mi sueño, dar mis pasos, mis pequeños pasos, transitarlo con esperanza, con confianza, sabiendo que estoy andando la senda de mi sueño, no hundiéndome en los pozos de la desesperanza ni del no puedo, sino en el camino de la perseverancia y la constancia por mi sueño, y que las caídas que puedan suceder sean tan solo para volver a palpitar mi sueño.
El quinto paso es saborear el proceso de concreción de mi sueño, degustarlo en la diversidad de sabores que pueda tener, sean amargos, dulces, salados o agridulces, seguir disfrutando de la vitalidad del sueño que se compone de esta rica variedad de sabores.
El sexto paso es abrirme a recibir mi sueño, abrazarlo y rendirme a el, está siendo y elijo vivirlo con amor, darme cuenta que llego, que es, que ha nacido y tiene vida!
El séptimo paso es nutrir mi sueño, regarlo con agua, sol, nubes, tierra fértil, aire fresco y fuego de vida. Habitar mi sueño, tomar todo lo que me da con su vida, y darle amor, paz ciencia, fortaleza y así danzar con el, ayudándolo a crecer, expandirse y ser.
En definitiva, sabernos personas que soñamos, que la vida regala sueños y que los sueños son vida.
Maria
3/7/17
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